Las minas de sal de Wieliczka, ciudad metropolitana de Cracovia, han sido explotadas sin interrupción desde el siglo XIII, y aún hoy en día siguen produciendo sal de mesa. Alcanzan una profundidad de 327 metros y su longitud supera los 300 kilómetros.
Recibe el sobrenombre de "La Catedral subterránea de la sal de Polonia".
Es una de las minas de sal activas más antiguas del mundo.
Estas minas incluyen un recorrido turístico de 3,5 kilómetros que contiene estatuas de personajes míticos e históricos, esculpidas en la roca de sal por los mineros. Incluso los cristales de los candelabros están hechos de sal. También existen cámaras y capillas excavadas en la sal, un lago subterráneo y exposiciones que ilustran la historia de la minería de la sal.
Recibe unos 800.000 visitantes al año.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes usaron las minas como almacén de guerra.
En 1978 las minas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
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